La madre acusada de la desaparición de su hijo en Morón cuelga fotos con él mientras sigue la búsqueda
El alta médica de Macarena Díaz y su regreso a la localidad sevillana en libertad provisional ha sembrado la alarma y la sorpresa en el pueblo
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Buscan a un menor con discapacidad desaparecido: su madre asegura que lo mató y lo tiró a un contenedor
El pasado 13 de septiembre, hace ahora 35 días, una patrulla de la Guardia Civil era alertada por los empleados de una gasolinera de Segovia. Una mujer en evidente estado de enajenación mental apenas farfullaba preguntando dónde estaba su hijo y repetía su miedo a perderlo. La mujer era Macarena Díaz, una vecina de Morón de la Frontera que el día anterior había abandonado su casa y su pueblo para conducir cientos de kilómetros en coche con su hijo Antonio David, un chico con una discapacidad del 91%, absolutamente dependiente y al que los agentes llevan buscando en el vertedero de residuos madrileño de Valdemingómez durante todo este tiempo. Ahora los médicos han sorprendido a todos asegurando que Macarena está estabilizada del brote psiquiátrico en apenas un mes, lo que ha supuesto que tras pedirlo la Fiscalía el juzgado la haya puesto en libertad provisional.
En apenas 30 días, Macarena Díaz ha dado todas las versiones posibles para explicar la desaparición de su hijo Antonio David: desde que le inyectó agua tras días de fiebre, hasta que se equivocó con la medicación pasando por que se encontró muerto a su hijo de 15 años de edad como si tal cosa. Todas estas versiones las ha defendido desde el hospital psiquiátrico de Segovia, donde los facultativos aseguraban hasta hace poco que la mujer se encontraba bloqueada por estar atravesando un grave brote psicótico. De hecho, los investigadores lo intentaron todo, hasta la visita de un sacerdote con el que Macarena había estrechado lazos recientemente, para tratar de desatascar el caso, pero nada. Hasta ahora.
Estabilizada y en libertad provisional
Tras un mes de investigaciones y decenas de gestiones, los investigadores han llegado a sacar a Macarena discretamente del hospital para visitar lugares concretos con ella, ahora los médicos y el juzgado se han descolgado con una decisión inesperada e inquietante. Después de que los psiquiatras elevaran su opinión profesional y de que Fiscalía apoyara la petición de la defensa de Macarena de ser puesta en libertad, el juzgado ha accedido a sus pretensiones apoyado en la opinión facultativa de que la mujer se encuentra estabilizada del brote que le llevó a deshacerse del cadáver de su hijo y de su silla y no acordarse de dónde pasó aquello.
La decisión judicial ha sorprendido a los que se encuentran cerca del caso, pero si hay un lugar donde no dan crédito es en Morón de la Frontera, donde fueron testigos de primera mano de cómo el comportamiento de Macarena fue degenerando hasta el día de la desaparición de su hijo. La mujer empezó a tener una mayor relación, casi obsesión, con la religión; tanto, que acudía a misa casi a diario. Al mismo tiempo, fue vendiendo los muebles de su casa para ponerla a la venta. Estaba claro que quería desaparecer antes o después, tal y como hizo.
Desde que la encontraron sola en la gasolinera de Segovia, la familia de Macarena, la hermana de Antonio David y el padre del chico, siempre creyeron imposible que la mujer investigada hubiera podido hacer daño al chico, pero es que esa no es la cuestión, aunque coincide en parte con la opinión de los investigadores tras un mes de intensas pesquisas.
Los investigadores para empezar llegaron a la conclusión de que no hubo violencia previa a la desaparición de Antonio David y su madre del piso que compartían en Morón. Tampoco percibieron ningún acto violento los empleados del hotel de Talavera de la Reina en el que pasaron unas cuantas horas madre e hijo. Los agentes que investigan el caso apuestan por creer que el chico pudo fallecer como consecuencia de su delicado estado de salud y que la madre se deshiciera del cuerpo en pleno brote y que por eso apenas recuerde vagamente las características del lugar donde dijo haberlo arrojado pero, que en cualquier caso habría sido en un contenedor de basura con destino al centro de tratamiento de residuos de Valdemingómez.
Ahora que la mujer está en libertad, sorprende a qué dedica el tiempo en Morón. Ha retomado su actividad en redes sociales, pero sorprende que mientras la policía busca a su hijo en un vertedero porque ella mismo asegura haberlo arrojado muerto a un contenedor ella se dedique a colgar fotos del chaval asegurando que es lo más importante del mundo y lo mucho que lo quiere.
Los investigadores siguen son su trabajo, algo más tensos, eso sí, porque desde hace unas horas, la única persona que le puede ayudar a encontrar a Antonio David, está en libertad y según los psiquiatras, estabilizada del brote que le hizo borrar cualquier rastro de su hijo de la faz de la tierra.